Bueno, como todxs ya sabemos, Netflix perdió 200 mil suscriptores1 el primer trimestre de 2022 y vaticina perder otros 2 millones más en los próximos meses. Uf, para qué. Las acciones cayeron más del 40%, lo que significó una pérdida de USD 50 millones en su valor de mercado.
¿Y vos creías que este no era tu año?
Resulta que el aumento de precios en EEUU y en Canadá le hizo perder unos 600 mil suscriptores, y su salida de Rusia otros 700 mil. Pero esas son solo excusas, Netflix, porque sabemos que tenías un modelo de negocio deficiente basado en el sueño de lxs suscriptorxs infinitos y que ahora tus producciones propias compiten con otras empresas que ofrecen lo que todxs ya vimos pero que queremos volver a ver.
Con esta apasionada intro, hoy te invitamos a recorrer el fabuloso derrotero de Netflix por mantenerse a flote. Pero, incluso antes de empezar, ya podemos estar segurxs de algo: la época donde el sueño de la audiencia era el principal obstáculo2 del gigante del streaming quedó muy lejos.
Si tan solo la pandemia hubiera durado para siempre
Junto con compañías como Peloton, Etsy y Zoom (que brindaron servicios particularmente adecuados para las vidas confinadas al aislamiento social, preventivo y obligatorio), Netflix reinó los páramos del entretenimiento de forma casi exclusiva durante todo el 2020 y gran parte de 2021. Pero en poco menos de un trimestre de 2022 perdió toda la altitud alcanzada.
Sin embargo, no sería justo tomar su reinado caído como chivo expiatorio. La guerra Rusia-Ucrania, la recesión en EEUU y los cambios de comportamiento que trajeron aparejados el COVID, el ASPO y el DISPO hicieron que las acciones de varios de los gigantes tecnológicos como Apple, Amazon, Facebook (que se autopercibe como Meta), Alphabet (propietaria de Google) y Microsoft también cayeran este año. Igual, Netflix fue el que sacó la peor nota3.
¿Cuál fue su primera solución? Culpar al comunismo de las cuentas, claro. La compañía reveló que sus 222 millones de clientes estaban compartiendo sus contraseñas con aproximadamente 100 millones de otros hogares4 , lo que repercutía directamente en su modelo de negocio basado en el crecimiento infinito de suscriptores.
El gigante del streaming, entonces, decidió convertirse en la policía de las contraseñas y comenzó a cobrar un cargo5 extra a aquellas personas que compartían su cuenta en Chile, Perú y Costa Rica, pero promete extenderlo al resto del mundo en breve. Can't wait.
Además, para volver a entrar en la pulseada de los precios frente a la competencia, la empresa manifestó que por primera vez tiene la intención de agregar publicidad6 para aquellxs suscriptorxs que prefieren tolerar anuncios de hamburguesas transgénicas y cremas anti-age a cambio de un precio más bajo (como ya hace HBO, por ejemplo).
¿Alguien puede pensar en el contenido?
Pero el fin de la pandemia y el intercambio de contraseñas fue solo el principio. Hace varios años que Netflix se enfrenta a un enemigo mucho mayor: la guerra por nuestra acotada atención.
Netflix fue un gran innovador en su campo. En el 2013 publicaron el primer título original producido por ellos: House of Cards (muy buenas dos primeras temporadas, después se cae bastante - N. del E.). Hasta ese momento, su modelo de negocio se basaba en comprar licencias de forma masiva para transmitir las series y películas que todxs queríamos ver.
Ciego de poder, Netflix se fue para el otro lado. Hoy en día invierte mucho más en producciones originales que en catálogos de terceros. Y gracias a algunos hitazos como Stranger Things, Ozark, Better Call Saul y el Juego del Calamar (qué robo este último - N. del E.) consiguió sus 220 millones de suscriptores.
Tarde se dio cuenta que si no tenés Stars Wars no sos nadie. Poco a poco empezaron a surgir competidores con un catálogo mucho más atractivo que una serie en donde la aristocracia de Londres juega a casarse7.
Si tenés que elegir entre alguna de las 79014 (¿fan de Cha Cha Cha?, reviví ese momento acá) plataformas de streaming actuales, es obvio que vas a ir por las que tienen los grandes clásicos que te pones de fondo para limpiar los sábados:
HBO Max: The Office, la serie con más minutos de reproducción en EEUU (y además Los Soprano, Friends, Succession, Band of Brothers, la nueva de Batman, la nueva de Matrix, la nueva de Dune, etc.)
Amazon Prime: The Office (y además The Boys, Fleabag, Dr House, This Is Us, etc).
Disney Plus: Stars Wars y todos los musicales que nos hicieron quienes somos.
Star: deportes, sí, pero también Dopesick (que esta administración usa y recomienda muchísimo).
Pero Bridgerton no solo compite con otras plataformas de streaming. Todo lo que pueda considerarse como entretenimiento pasa a ser un rival: pasar la vida en redes sociales, escuchar música, jugar videojuegos, leer cosas, salir a comer, ver teatro independiente a precios súper accesibles e interactuar con otros seres vivos son algunas de las muchas opciones entre las cuales diversificamos nuestra muy acotada atención.
Por lo pronto, en cuanto a lo que de contenido audiovisual se refiere, Netflix abandonó el lanzamiento de las temporadas completas y volvió a los estrenos parciales8 con el afán de retener a la mayor cantidad de suscriptores mientras piensa un plan B.
Adiós a la posibilidad de hacer un buen binge-watching9 con las últimas temporadas de Ozark y Better Call Saul.
Ojo, hacer un videojuego de Black Mirror parece un capítulo de esa serie
La creciente competencia también aumentó el costo de contratación de actores y directores, razón por la cual es cada vez más riesgoso hacer producciones originales. Pero, a diferencia de Netflix, otras empresas de la competencia se la pueden jugar mucho más con sus inversiones: Amazon y Disney, por ejemplo, tienen múltiples negocios para sostener las pérdidas que les puedan llegar a significar sus respectivas plataformas de streaming.
Disney tiene canales de televisión, cruceros y parques por todo el mundo, lo que le permite retroalimentar cada inversión que hace. ¿Cómo? Vamos con un ejemplo: Frozen, además de ser un éxito en la venta de entradas, generó muchísima guita con las canciones, los DVDs, los juguetes, los disfraces de Elsa y las atracciones de los parques.
Entonces, a Disney básicamente no les importa que su plataforma de streaming le genere pérdidas porque es una forma de que la audiencia consuma y se enamore de su propiedad intelectual y, en consecuecia, adquiera alguno de sus otros sus miles de productos.
¿Y qué me contás de Amazon? Si comprás algo en la plataforma de venta online más grande del mundo (que ya lo haces) te dan el servicio de streaming. Andá a competir con esa cartera de clientes, Galperin.
Y, bueno, ahí Netflix se avivó. En lugar de depender 100% de sus suscriptores para generar ingresos decidió empezar a incursionar en los videojuegos (cuya industria genera más ingresos que la música y el cine juntos10). Su primer paso fue la película "Bandersnatch", una secuela de Black Mirror con la que los usuarios podían interactuar para elegir el final. Al día de hoy ya tiene una cartera mucho más amplia en donde se incluyen Strange Thing 1984 (y el 3), Card Blast y Knittens.
Pero convertir series originales en videojuegos tiene otro plus todavía más importante: la recolección de los datos de preferencia de lxs usuarixs. Si estás jugando al Juego del Calamar y resulta que nunca elegís al personaje insoportable con voz muy aguda que no para de gritar, entonces lxs productorxs pueden pegar un volantazo y deshacerse de este personaje en el capítulo dos.
Bueno, ¿y cuáles son entonces las alternativas que hoy tiene Netflix? Puede jugársela en producir otro tanque como Black Mirror o puede ofrecer una suscripción distinta a la de sus competidores que incluya, por ejemplo, suscripciones de cine, tele y videojuegos (y quién te dice el metaverso) de sus productos originales para diversificar su oferta. O ambas, no sabemos. Hacé lo que te pinte Netflix.
Por lo pronto, si a la administración de este diario le ponen un arma en la cabeza y le dicen "¡Elijan ahora una única plataforma de streaming para el resto de tu vida!" (a un amigx le pasó) seguro, pero SEGURO, que no vamos a elegir Netflix. Si nos empiezan a cobrar por cuentas compartidas o agregan anuncios, también la damos de baja.
Lxs argentinxs tenemos que elegir muy bien nuestras cartas para invertir en entretenimiento (porque todo el tema de llegar a fin de mes). Vos, estimadx compatriota, ¿cómo decidís invertir en la industria del streaming? ¿Con qué plataformas te quedás y por qué?
Las mejores respuestas no van a salir en ningún lado, pero nosotrxs las vamos a disfrutar muchísimo.
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https://www.nytimes.com/2022/04/19/business/netflix-earnings-q1.html?action=click&pgtype=Article&state=default&module=styln-streaming-wars&variant=show®ion=MAIN_CONTENT_1&block=storyline_top_links_recirc
https://www.theguardian.com/technology/2017/apr/18/netflix-competitor-sleep-uber-facebook
https://www.nytimes.com/2022/04/29/business/netflix-stock-market-earnings.html
https://www.bbc.com/mundo/noticias-61162182
https://www.iproup.com/innovacion/31071-cuando-dejara-de-ser-gratis-compartir-cuenta-de-netflix
https://www.iproup.com/innovacion/31071-cuando-dejara-de-ser-gratis-compartir-cuenta-de-netflix
https://www.netflix.com/ar/title/80232398
https://www.cnet.com/culture/entertainment/netflix-is-trying-no-binge-release-schedules-for-shows-its-about-time/
https://es.wikipedia.org/wiki/Binge-watching
https://www.dw.com/es/las-acciones-de-netflix-se-desploman-tambi%C3%A9n-en-la-bolsa-de-frankfurt/a-61522166